domingo, 14 de junio de 2020

Nada

Nada se me ha olvidado.
Nada,
ni la hora en que sé
que miras
mi piel en la foto.
Ni aquella palabra
que no me nombra
y sin embargo me llama
adentro de tu cuerpo.
Nada que digas
dice -amor te necesito-
lo escribe el silencio
en un grito de rayo
en medio de la noche.
En ese insomnio de tus besos dulces y largos
que caen como las uvas
por la cama
y que llenan las bocas
de semillas
y de semillas las manos.
Este amor de dolores largos
de lenguas sedientas
de lágrimas fugaces
me recuerda
en las campanadas
el sonido de hierro
de tu voz.
Y la ausencia que viene
del aire acompasada
me sofoca en el golpe.
Nada se me ha olvidado.
Pero Nada.

Mónica Mera

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