viernes, 5 de diciembre de 2014
La Copa
No entendí nunca a tu ausencia
Tenías que decir adios y cerrar la puerta
entonces yo me levantaba
y echaba llave a este invierno que entra
en ráfagas heladas desde afuera,
y me cubría con la manta caliente de las lágrimas
bajo el beso de los espíritus que me habitan
y que me quieren.
Pero amontonaste palabras que se agitan
en los puntos suspensivos de tus miedos
y tu ausencia,
vuelve cada tanto trayendo una copa
de buen vino
y al irse
deja tirada la copa del festejo.
Mónica Mera-
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